28/05/2021

¡Imprimimos un Silbato!

Supongo que en algún momento todos habréis oído hablar o habréis visto la famosa serie “ The big bang theory”. Pues bien, hay un fantástico episodio de la temporada 6, concretamente el 14 “La inversión Cooper/Kripke” donde Howard y Raj deciden pedir por internet unas figuras de acción de ellos mismos, enviando unas fotos te hacen un muñeco basado en ti. Cuando las reciben no están demasiado contentos con el resultado así que compran una impresora 3D para poder escanearse y hacer una figurita de ellos mismos. Os dejo el video para que podáis ver las distintas partes que vamos a comentar más adelante:

En la primera escena Howard y Raj hablan de uno de los temas que más nos preocupan a todos cuando decididmos empezar en el mundo de la impresión 3D. El precio de las impresoras.

H – Siempre he querido una impresora 3D

R – Claro que sí! Es el sueño de todo ingeniero, todo lo que diseñes la impresora 3D te lo hace! 

H – Ya, pero son super caras…Aunque es cierto que los precios han bajado y podríamos hacer cosas que necesitamos para el trabajo! Prototipos de mis diseños, herramientas personalizadas…

Si bien es cierto que como comenta Howard los precios han bajado mucho y eso ha permitido a mucha gente unirse a la comunidad “maker”, como se conoce a las personas con impresoras 3D en casa. Generalmente impresoras de bajo coste que modifican y mantienen ellos mismos como hobby. Otra parte que no se menciona explícitamente en esta conversación pero muy importante son los software de diseño. Como ingeniero Howard se sobreentiende que ya sabe utilizarlos y por eso sueña con poder imprimir sus prototipos. Pero las impresoras no dejan de ser herramientas, a las que tienes que decirles qué hacer. ¿Y cómo hacemos esto? Dividiremos la explicación en dos pasos:

-El primero es realizar el diseño 3D. Si bien es cierto que hay muchas webs donde puedes descargarte diseños ya listos. Como thingiverse, cults, myminyfactory, y un largo etc.  Las marcas que trabajamos con impresión 3D, obviamente, hacemos nuestros propios diseños. Se hacen a través de distintos softwares que normalmente requieren de cierto conocimiento técnico, pero también encontramos algunos para los recién llegados. Os recomiendo que le déis un vistazo a Tinkercad, una herramienta online que no requiere ninguna instalación, donde podréis empezar a jugar con los distintos parámetros que forman el diseño 3D.

-El segundo paso es pasar nuestro diseño por el “slicer”. Se conoce así al software que transforma nuestra figura 3D en un código que puede leer la impresora. El objetivo es descomponer nuestra figura en tantas capas como sea necesario para que nuestra impresora pueda, posteriormente, dibujarlas. En este software podemos controlar cosas como la velocidad de impresión, la cantidad de material que utilizamos, la altura de cada una de las capas que vamos a imprimir, la temperatura de fundición del material, etc.

Veamos las segunda escena: 

R- ¡FUNCIONA! ¡Imprimimos un silbato! 

H – Impresionante, ¿sabes que esto se vende a 25 centavos en las tiendas?

R – ¡Y en solo 3 horas!

Esta es una conversación con la que todos los que tenemos una impresora 3D a mano nos sentimos tremendamente identificados. Cuando entras en el bucle de la impresión 3D, cuesta parar, cuesta mucho parar… de repente te sorprendes a ti mismo imprimiendo pinzas de la ropa, spinners o baldufas…#truestory

Pequeño muestrario de cosas realmente (in)útiles que hemos impreso en 3D 😀

Y es que si bien es cierto que el gasto en filamento siempre será superior al que tendrías que pagar por estos artículos en tienda, da una extraña satisfacción imprimirlos por ti mismo. Además de una oportunidad de personalización. 

Por otro lado comentan el tiempo necesario. El gran drama de la impresión 3D a día de hoy. Ya lo he comentado en algún otro momento, pero es que la impresión 3D no es apta para impacientes. Para que os hagáis una idea nuestros pendientes tardan alrededor de una hora para imprimirse y son relativamente pequeños. Imaginaos si nos ponemos a imprimir figuras de acción como Raj y Howard!

Además, para ir acabando este artículo, las impresoras 3D siempre dan un poco la sensación de magia para quienes no saben cómo funcionan. Tu aprietas un botón y bidibi bodibi bu te aparece tu figura perfecta al cabo de un (largo) ratito. Y nada más lejos de la realidad… 

Rara vez salen las impresiones a la primera, una parte muy importante del tiempo que tardamos en crear una colección lo dedicamos a las pruebas de impresión. A comprobar que esos diseños que parecen tan bonitos en el papel son realmente fabricables. 

Ponemos el diseño en la impresora, después de pasar por el slicer ;)… cruzamos los dedos, esperamos que marte y saturno estén alineados en ese momento y le damos a imprimir. Y con un poco de suerte y algo de maña conseguimos haceros unos pendientes preciosos para que los disfrutéis tanto como nosotros todo este proceso 🙂

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